Perfil del estudiante
En la década de 1960 la Udelar ofrecía servicios a unos 20.000 estudiantes; hoy cursan en ella 120.000, la cifra se multiplicó por seis. “Es una tendencia que venimos siguiendo como país, pero con más rezago que en los países industrializados”, afirmó el presidente de la Comisión Coordinadora del Interior (Udelar), Marcel Achkar.
El funcionario explicó que los estudiantes del interior sobrevaloran la oportunidad educativa y reconocen el esfuerzo de sus familias y de la universidad. Esto se traduce en compromiso y buenos rendimientos. En cuanto a la edad, sostuvo que, cuando la Udelar llega a un lugar determinado, la primera generación de estudiantes promedia la edad de 30 años, dado que se capta a personas que quisieron estudiar y no tenían la oportunidad. No obstante, aclaró que a los tres o cuatro años ese grupo de interesados se colmó, por ende, el promedio de edad baja y comienza a predominar el egresado de secundaria de 18 años.
Según el Formulario Estadístico de Ingreso, el 65 % de los estudiantes del interior cumplió entre 17 y 21 años, el 13 %, entre 22 y 25 años; y el 22 %, 26 o más años. Las mujeres son mayoría, con un 64 %; el 15 % de los estudiantes tiene hijos y el 80 % es soltero. El 30 % de estas personas trabaja además de estudiar, solo quienes integran el 7 % cursaron estudios de educación media superior a nivel privado y el 37 % de los estudiantes posee algún tipo de beca.
Becas sin cupos limitantes
Todos aquellos estudiantes que cumplan con los requisitos dispuestos por la institución pueden hacerse de una beca del Fondo de Solidaridad, es decir que no hay cupos que limiten. En promedio, el 70 % de los estudiantes que la solicitan efectivamente la obtienen. Los aspectos evaluados son: situación social, económica y patrimonial, integración de la familia, edad, y escolaridad para el caso de los estudiantes que renuevan la beca.
Para determinar la situación socioeconómica de los estudiantes, se utiliza el índice de vulnerabilidad estudiantil (IVE) y el análisis individual de un trabajador social. Además de la aplicación de esta herramienta, el proceso de estudio de las becas requiere un análisis social de las situaciones que se plantean, lo que permite detectar los casos en que se requiera aplicar excepciones. En cuanto al contexto familiar de estos jóvenes, la mayoría son primera generación universitaria. El 85 % de las madres cursaron menor nivel educativo que sus hijos, y entre los padres, el 95 %.
En 2017 el área Ciencias de la Salud recibió el 45 % de las becas, y Ciencias Sociales y Artísticas, más del 33 %, mientras que más del 15 % de las becas fueron otorgadas al área de las Tecnologías, Ciencias de la Naturaleza y Hábitat. Las carreras que más estudian los becarios son: Abogacía, Contador Público, Enfermería, Educación Física, Notariado, Trabajo Social, Arquitectura y Veterinaria.
Incidencia de la beca
El 35 % de los becarios accede a un ingreso per cápita menor a 7.222 pesos, y un 33 %, a ingresos entre 7.222 y 10.833 pesos. Si el estudiante no recibiera la beca, debería cubrir sus gastos de alojamiento, alimentación, transporte y materiales de estudio con ese importe, lo cual, en caso de que necesitara trasladarse a otra ciudad a estudiar, sería muy difícil de realizar.
En una encuesta efectuada por el Fondo de Solidaridad a sus becarios, les consultó sobre la relevancia del otorgamiento de la beca en las posibilidades de acceder a la educación terciaria. El 52 % de los encuestados contestó que era imprescindible y que sin ella no podría acceder, mientras que el 48 % la consideró muy importante o importante.
El 12 % opinó que el monto de la beca era muy suficiente, el 75 % que era suficiente, y el 13 %, insuficiente. En tanto, el 91 % de los encuestados dijo que la beca es el único o mayor aporte para solventar los estudios, para el 8 % el monto de la ayuda es similar a otro ingreso y para el 1 % es menor. “Estamos becando a estudiantes que seguramente de otra manera no podrían acceder al nivel terciario. Es fundamental que, si quieren estudiar, no los limite lo económico”, sostuvo De León.
Además de la oportunidad de estudiar, la beca también incide en los rendimientos. De León aseguró que la supervisión que el fondo realiza sobre la escolaridad de los becarios, condición imprescindible para la continuidad del apoyo económico, redunda en mejores niveles de aprobación de los estudiantes, lo que deriva en un egreso más ajustado a los años de la carrera. Según datos aportados por el fondo, el 17 % de los egresados de la Udelar recibió en algún momento una ayuda económica de la institución, y la cifra va en aumento.
FUENTES Y NOTAS COMPLETAS:
Nota presidencia sobre FONDO DE SOLIDARIDAD